El Palacio Vistalegre de Madrid vibró con la furia del metal en la noche del 27 de febrero de 2025. La esperada gira conjunta de Bullet For My Valentine y Trivium, dos titanes del metal moderno, recaló en la capital española con una descarga brutal de riffs, baterías atronadoras y guturales que pusieron a prueba la resistencia del recinto. Como aperitivo, Orbit Culture se encargó de calentar los motores de una audiencia que, desde las primeras horas de la tarde, ya se agolpaba en las puertas del recinto con camisetas de sus bandas favoritas y ansias de una noche inolvidable.

Orbit Culture: Brutalidad nórdica para abrir la noche
Puntuales, a las 19:30, los suecos Orbit Culture tomaron el escenario con una energía descomunal. La banda, que ha ido consolidándose como una de las revelaciones del death metal melódico en los últimos años, demostró por qué son la elección perfecta para abrir un evento de tal magnitud. «Descent» y «North Star Of Nija» hicieron retumbar el Palacio, con riffs afilados y una presencia escénica imponente. Niklas Karlsson, vocalista y guitarrista, se mostró cercano al público, incitando a los primeros mosh pits de la noche.
La banda cerró su set con «Vultures Of North», un torbellino de agresividad y melodía que dejó claro que Orbit Culture es una fuerza a tener en cuenta en el futuro del metal. Aunque su tiempo en el escenario fue corto, lograron encender la mecha de un público hambriento de más.

Trivium: Un huracán de técnica y potencia
Con el calor del público en su punto álgido, Trivium tomó el relevo y, desde el primer acorde de «Rain», la locura se apoderó del recinto. Matt Heafy, carismático y en plena forma, lideró a la banda en un setlist que repasó sus éxitos más emblemáticos. «Ascendancy» y «A Gunshot To The Head Of Trepidation» demostraron que la fusión de melodía y agresividad sigue siendo su seña de identidad.
El público, completamente entregado, respondía con cada breakdown y cada estribillo, generando una energía imparable que se extendía por todo Vistalegre. «Dying In Your Arms» desató un mosh pit colosal, mientras Corey Beaulieu y Paolo Gregoletto demostraban su virtuosismo en una combinación de riffs cortantes y bajos retumbantes.
Uno de los momentos más memorables llegó con «The Deceived», un tema extenso y complejo que puso a prueba la destreza instrumental de la banda y dejó sin aliento a los asistentes. La interpretación de esta pieza maestra demostró que Trivium sigue evolucionando y perfeccionando su sonido, ofreciendo un despliegue de talento y precisión que dejó boquiabiertos a los fans. La energía en la sala era pura electricidad y no faltaron los circle pits ni los saltos acompasados con los ritmos de Alex Bent, cuya batería sonó demoledora.
Hacia el final de su actuación, Heafy dedicó «In Waves» a los fieles seguidores de la banda en Madrid, provocando un único y ensordecedor coro que resonó en cada rincón de Vistalegre. Con el público completamente sumido en la intensidad del momento, la banda extendió el estribillo final, permitiendo que la audiencia coreara el emblemático «IN WAAAAAVES» una y otra vez, como un rugido de guerra.
Con un público eufórico, Trivium se despidió dejando claro por qué siguen siendo una de las bandas más importantes del metal contemporáneo. Las luces se apagaron y, mientras los gritos de «Trivium, Trivium!» seguían resonando, los músicos lanzaban sus baquetas y púas como recuerdo a los afortunados que lograron atraparlas.

Bullet For My Valentine: La catarsis final
Tras la tormenta de Trivium, el escenario se preparó para los galeses Bullet For My Valentine, quienes arrancaron su set con «Her Voice Resides», desatando una histeria colectiva entre los fans. Desde el primer compás, la banda dejó claro que venían dispuestos a ofrecer un show inolvidable, con un sonido demoledor y una puesta en escena impecable. Las luces estroboscópicas acompañaban la intensidad de cada riff, mientras el público se entregaba por completo al frenesí del directo.
Con una energía arrolladora, Matt Tuck y los suyos repasaron su discografía con una selección de temas que abarcaron desde sus inicios hasta su material más reciente. «4 Words (To Choke Upon)» y «Tears Don’t Fall» fueron recibidas con una pasión indescriptible, con miles de voces coreando cada palabra y brazos alzados en un mar de emociones. Michael Paget brilló con solos demoledores que electrificaban el aire, mientras que Jamie Mathias y Jason Bowld marcaron el ritmo con una precisión milimétrica que sostenía la brutalidad del show.
El set alcanzó su clímax con «Scream Aim Fire», transformando la pista en un hervidero de pogos y headbanging descontrolado. La conexión entre banda y público fue absoluta, con Tuck mostrando su gratitud entre tema y tema. «Madrid, sois jodidamente increíbles», exclamó antes de lanzar «Waking The Demon», el último ataque sonoro de la noche, en el que la banda dio todo sobre el escenario. Los últimos acordes resonaron como un trueno en Vistalegre, con la audiencia completamente entregada, gritando y pidiendo más.

Un cierre apoteósico
Tras casi cuatro horas de metal en su máxima expresión, el público abandonó Vistalegre con la adrenalina aún corriendo por sus venas. La combinación de Orbit Culture, Trivium y Bullet For My Valentine resultó en una noche memorable, con un sonido impecable y una entrega absoluta de cada banda.
La gira conjunta de Bullet For My Valentine y Trivium ha demostrado que el metal sigue más vivo que nunca, y Madrid fue testigo de un espectáculo que quedará grabado en la memoria de todos los asistentes. Un concierto increíble organizado por la Route Resurrection del Resurrection Fest.


