Hay conciertos que entretienen, otros que emocionan y luego están los que remueven. Lo que pasó la noche del 26 de junio en el festival Icónica Santalucia Sevilla Fest no fue solo un espectáculo musical, sino un acto de expresión colectiva, de memoria compartida y de celebración rebelde. Residente volvió a dejar claro que su directo no es un simple show: es un grito con ritmo, un poema con base de cumbia, rap, reguetón y resistencia.
Desde primeras horas de la tarde, el recinto empezaba a llenarse de gente con ganas de algo más que una noche de fiesta, junto con una organización, una vez más, impecable. En el ambiente se palpaba la expectación por disfrutar de René, alias “Residente”, en vivo y no solo por su música, si no por lo que representa dentro de la música urbana de protesta social.
Pasadas las 22:30h, el puertorriqueño irrumpió en el escenario con toda la artillería. “El baile de los pobres”, “Nadie como tú” o “La cumbia de los aburridos” marcaron un arranque apoteósico, donde las más de 8000 personas presentes se volvieron una sola voz saltando al unísono.

Como era de esperar, el ex líder de Calle 13 volvió a mostrar que, pese a su espectacular directo, lo más potente de un concierto de Residente no está solo en los beats. Está en su voz cuando se detiene a hablarle al público. Sevilla escuchó anoche discursos valientes sobre el los derechos humanos, dio su visión sobre los principales conflictos que amenazan al mundo actualmente o sobre las heridas abiertas del continente latinoamericano. Sin adornos ni eufemismos. Residente no se calla, y ese es parte de su magnetismo: que, entre tema y tema, también se siembran ideas.
El repertorio fue un recorrido generoso por toda su carrera, desde los himnos combativos de Calle 13 —“Atrévete-te-te”, “Muerte en Hawái”, “El aguante”— hasta las piezas más íntimas de su etapa actual. En “René”, el recinto enmudeció. Pocas veces una canción tan personal logra resonar de forma tan colectiva o en “This is not américa” volvió levantar su voz, con una crítica directa, potente y política contra el uso hegemónico del término «América» por parte de Estados Unidos.

En su lucha por visualizar su identidad, llegó el momento más simbólico de la noche, con la interpretación de “Latinoamérica” junto a los coros de Kiani Medina, que hizo temblar el suelo sevillano y emocionarse a los cientos de personas presentes en el concierto con raíces latinoamericanas.
Y por si todo eso no fuera suficiente, aún quedaban momentos cargados de fuerza —y alguna que otra sorpresa. Así fue como apareció en escena Zatu, de SFDK, para unirse a Residente en “Yo no sé pero sé”. El público estalló al ver a dos gigantes del rap en español compartir micrófono en Sevilla, la ciudad natal de Zaturnino Rey García, más conocido como “Zatu”.
El cierre fue una fiesta absoluta con “Vamo’ a portarnos mal”, canción elegida para dar por finalizado un espectacular concierto, con un artista, René Pérez Joglar “Residente”, entregado a su público, quien durante minutos no paro de aplaudir, agradeciendo el recital que habían disfrutado durante más de una hora y media.

Esta despedida desbordante no cerró la noche, sino que la encendió aún más para el relevo: Kaze. El rapero de Cartagena aparecía sobre el escenario, bien entrada la media noche, como artista invitado, para seguir amenizando la noche con su potente rap, que lo ha consolidado como uno de los artistas más importante de la música urbana nacional.
En una nueva noche “icónica”, en Sevilla no solo se cantó. Se pensó, se recordó, se bailó y se compartió. Y de eso, va la buena música.