La banda de rock psicodélico Teana nos abre las puertas del que será su álbum de debut, que verá la luz el próximo otoño, estrenando su primer single homónimo: ‘Sagrada Bendición’. Más que un simple adelanto, este tema inaugura toda la obra y además le sirve de columna vertebral a nivel temático. En una nueva reflexión acerca del ego, y siguiendo la línea que iniciaron con su segundo EP, Kill Your Ego, el cuarteto barcelonés explora en esta ocasión el conflicto que hay entre la convivencia en sociedad y la fidelidad a la propia identidad. El libre albedrío y la responsabilidad de construir nuestro propio destino entran, por tanto, en una ecuación cuya finalidad es alcanzar lo que ellos llaman precisamente “Sagrada bendición”, es decir: ese estado vital en el que logramos estar en paz con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
Usando como analogía un trasfondo religioso, Teana plantean en este single la que será la temática general de todo el álbum. Y lo hace con la clara intención de evolucionar su sonido y de seguir explorando y profundizando también en su identidad musical. Fieles a su propuesta neo-psicodélica de atmósferas hipnóticas, guitarras distorsionadas y texturas envolventes, los barceloneses apuestan en ‘Sagrada Bendición’ por una producción vocal más nítida y por un juego de efectos con sintetizadores, flangers y reverbs que refuerzan la sensación etérea. Casi puedes levitar sobre las oleadas de distorsión y líneas melódicas, sobre la poderosa base rítmica que nos conduce por pasajes sonoros llenos de simbolismo y de una magnética y mística psicodelia.
Tras la publicación de dos EPs desde su fundación en 2017, Lucid Fauna y Kill Your Ego, la banda ha mimado al máximo el sonido de su debut en largo autoproduciendo por completo Sagrada Bendición. Alex Ruiz, guitarrista del conjunto, ha grabado, producido y mezclado los temas que lo componen, asegurando que cada detalle sonoro reflejara la esencia del proyecto. Las baterías fueron registradas en La Atlántida Estudios por José González y el máster corrió a cargo de Javier Roldón, de Vacuum Mastering, quien le aportó el toque final a una obra que se distingue por su calidad y cohesión sonora.