Ozzy Osbourne, el príncipe de las tinieblas, fallece a los 76 años

Jul 22, 2025

El mundo del rock se despide de una de sus figuras más icónicas. Ozzy Osbourne, leyenda del heavy metal y eterno líder de Black Sabbath, ha muerto a los 76 años, dejando tras de sí una estela de música, excesos, redención y una influencia que sigue retumbando en generaciones enteras de artistas y fans.

Nacido como John Michael Osbourne en Birmingham (Reino Unido) en 1949, su nombre quedó grabado en la historia de la música cuando, en 1968, se unió a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward para formar Black Sabbath. Juntos dieron forma a un sonido crudo, oscuro y pesado que sentaría las bases del heavy metal moderno. Temas como Paranoid, Iron Man o War Pigs no solo marcaron una época, sino que definieron un nuevo lenguaje musical.

Tras su salida de Sabbath a finales de los 70 —provocada en parte por sus problemas con las drogas y el alcohol— Ozzy renació con una carrera en solitario que, contra todo pronóstico, fue igual o incluso más exitosa. Su debut en solitario, Blizzard of Ozz (1980), con clásicos como Crazy Train o Mr. Crowley, se convirtió en un álbum de culto. A su lado, el joven guitarrista Randy Rhoads brilló con luz propia, aunque su vida fue tristemente truncada en un accidente en 1982, un golpe del que Ozzy nunca se recuperó del todo.

A lo largo de las décadas, Osbourne se mantuvo activo, combinando álbumes en solitario con reuniones puntuales con Black Sabbath, giras multitudinarias y apariciones mediáticas que lo convirtieron en una figura tan querida como polémica. Su reality show The Osbournes, emitido a principios de los 2000, ofreció una visión íntima (y a menudo surrealista) de su vida familiar y lo presentó a una nueva generación.

En los últimos años, su salud se había resentido: fue diagnosticado con Parkinson en 2020, y múltiples intervenciones quirúrgicas lo obligaron a cancelar conciertos. Sin embargo, su energía y su voluntad de seguir conectado con sus fans nunca disminuyeron. De hecho, lanzó su último álbum, Patient Number 9, en 2022, demostrando que su fuego creativo seguía encendido.

Más allá de su música, Ozzy fue un símbolo de resistencia. Un superviviente que cayó muchas veces, pero siempre volvió a levantarse. Su figura, envuelta en leyendas (algunas ciertas, otras no tanto), como la célebre mordida a un murciélago en pleno concierto, alimentaron su estatus casi mitológico.

Con su muerte, el rock pierde a uno de sus grandes tótems. Pero su legado, amplificado por millones de riffs, camisetas negras y cuernos en alto, seguirá más vivo que nunca. Ozzy no era solo un músico; era una actitud. Y esa no muere jamás.

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