Si hay un gremio que conoce de primera mano la escena musical de su ciudad, esos son los técnicos de sonido.

Antonio es un tipo al que yo conocí hará unos 16 años, cuando ambos cursamos el curso de técnicos superiores de sonido en el CEV.

Yo por aquel entonces tenía 20 años pelaos, y recuerdo la admiración que sentí desde el primer día por alguien que con sus casi 30 años se decidió a cursar algo que se notaba que era su pasión.
Por aquella época, y a pesar de que la vocación y los objetivos de todos los alumnos de nuestra clase eran los mismos, había algunos que se lo tomaban más en serio que otros. Y, como ya imaginaréis, Antonio era de los que tenía claro lo que quería y luchaba por eso día a día, mientras nosotros a veces hacíamos alguna que otra peya y nos fumábamos alguno que otro en la terraza. Y esos pequeños grandes detalles son los que hacen que ahora sea quien sea, alguien desconocido para muchos, pero extremadamente carismático e importante para todos los músicos y espectadores que han pasado por el Café Berlín en la última década.
Esta entrevista en lo personal es algo muy especial para mi, por el aprecio personal que le tengo y por la admiración que tengo yo, como téncico de sonido frustrado, hacia otro técnico de sonido que, en su caso, es referente en el panorama musical madrileño.

¡Antonio! Mil gracias por charlar con nosotros. Sabemos que eres de los que se siente cómodo trabajando entre las sombras, pero por ese mismo motivo esta entrevista es aún más especial. Para los que no te conocen… ¿Quién es Antonio?

¡Gracias a vosotros, Kenyi! Pues a ver… Antonio profesionalmente es el técnico de sonido del Café Berlín desde hace 11 años.
Llevo en esta profesión algo más de 20 años, y como imaginarás, ha habido un poco de todo.
Empecé trabajando en la empresa de sonido que mi tío montó en Antequera (Málaga), trabajando con blues y flamenco. Mi tío me dio conocimientos de sonido y algunos aparatos que iban para la basura, pero que yo reciclé y llevé a una asociación cultural que se llamaba La Casa de los Jacintos. Allí programábamos jazz y flamenco entre otras cosas y yo manejaba el sonido y hacía algunas grabaciones. A partir de ahí, fueron surgiendo oportunidades hasta que el Café Berlín apareció en mi vida y yo en la suya. El resto es aun presente.

 

¡Me flipa lo de reciclar aparatos! Creo que ya sólo con esa anécdota demuestras que lo tuyo es vocación. Me encanta.
Háblamos del Café Berlín. ¿Lo conocías antes de tener la oportunidad de trabajar allí?

Pues he de confesar que sólo lo conocía de nombre, pues en realidad me pasé muchos años todas las noches en la Asociación Cultural que he comentado antes y de aquí no salía, pues consideraba, erróneamente, que lo teníamos todo allí dentro. Es una pena no haber estado allí cuando me hablan de las míticas jams de Caramelo y de las primeras fusiones del flamenco con el latín jazz que tuvieron lugar en los dosmiles.

Si, es una pena, pero tampoco te puedes quejar de las jams y conciertos que has vivido, ¡eh!
¿Recuerdas el primer concierto al que fuiste en tu vida?

Pues el primer concierto del que soy capaz de acordarme es de un concierto de Camarón en las fiestas de Antequera. Parece que fue su penúltimo concierto, yo tendría 10 años y por la edad no lo aprecié como debía. Cuando volvimos a mi casa mi tía comentó que ese no era camarón, en el sentido de que no había cantado bien y mi abuela pensó que había salido otro a cantar jejeje. laughing
Era la época en que hasta en los cassettes ponía versión original porque cabía la posibilidad de que cantara otro, había muchos timos en la época , grupos que se presentaba como tal y solo había uno de la formación original, o discos que cantaba otro.
¡Hasta devolvieron en masa la «Leyenda del Tiempo» de Camarón diciendo que ese que cantaba allí no era Camarón!

 11 años siendo técnico del Café Berlín implica no sólo trabajar de lo que te gusta, si no tener el privilegio merecido de trabajar mano a mano con lo mejor de la escena musical no mainstream de este país.

Antonio, ¿cómo es un día de concierto en el Café Berlín? Cuéntanos un poco todo ese trabajo previo a los eventos.

Pues el café Berlin es el único lugar que conozco que hacen dos conciertos diferentes seguidos todos los días, por lo que la primera prueba de sonido empieza a las 17hs y desde las 16hs que llego a montar no se para hasta las 1:30 de la mañana.
A veces el grupo que toca a las 22hs, no pueden probar sonido a las 17, y entonces se hace el concierto sin prueba de sonido, cosa que genera otro tipo de stress. Hay que montar el primer concierto pensando en compartir lineas con el segundo de los conciertos, con vista a hacer el cambio lo más rápido posible porque hay poco tiempo entre el final del primero y la apertura de puertas del segundo. Entiendo que es un poco como los festivales de música pero todos los días.
No he hecho la cuenta pero es posible que me esté perdiendo reclamar un record Guinness, a 50 bolos mensuales… 

¡Jajajaja mammá mía! Y eso sumado a que pueden ser de estilos totalmente diferentes y con formaciones musicales muy diversas…
¿Algún instrumento que sea como tu «talón de Aquiles» a la hora de sonorizar?

La guitarra flamenca es uno de los instrumentos mas difíciles de sonorizar, sobre todo cuando van junto a otros instrumentos. Es un instrumento muy delicado con poca proyección y por cuyo micrófono va a entrar todos los instrumentos que están a su alrededor. Un golpe de cajón va a entrar por su micrófono con los correspondientes dos segundos y pico de reverb.
Un bajo eléctrico con un sonido muy grave hará que se “coma” por enmascaramiento el cuerpo de la guitarra, haciéndola sonar estrecha y aguda. Además, el público flamenco suele ser en su mayoría entendido y el guitarrista muy exigente con su sonido y no puede no sonar bien, porque te cuesta que el público mire hacia donde está la mesa de sonido o se te acerque algún primo del guitarrista a comentarte alguna cosa. En otros géneros no es tan exigente. 

Ajam… Claro, haciendo un símil ultra básico, es como si en un concierto de hip-hop la voz no se oye nítida.
Nos cuentas esto y probablemente observemos más vuestra labor en esas guitarras cuando vayamos a un concierto de flamenco. No se si ha sido bueno o malo jajajaja.
El Café Berlín… ¿qué consideras que representa dentro de la escena musical madrileña?

Desde hace años viene siendo un lugar de referencia en Madrid. A pesar de ser una sala de sólo 245 personas de aforo, es el lugar donde han pasado los músicos más importantes de este país y muchas figuras internacionales del jazz . Un lugar donde se respira una intimidad musical mágica, donde el artista forma también parte del público, y eso se traduce en un respeto al arte y en una trascendencia.
Es muy especial , por ejemplo, lo que ha pasado con el flamenco, que ha convertido al Berlin en un lugar dónde ir a expresarse con sinceridad, donde no se tienen que regir por los roles de un tablao por ejemplo. Allí los flamencos han hecho la música que sienten y ha habido noches memorables.

 

Tremenda locura… No somos para nada los más entendidos del género flamenco, pero como amantes de la música ya te adelanto que al próximo bolo que haya, ¡vamos de cabeza!
Y hablando de géneros… ¿cuáles predominan más en los conciertos del Café Berlín?

Hay mucho flamenco y jazz, pero se abarcan muchos otros estilos. Actualmente se lleva a cabo una jam de música urbana donde están pasando como invitados muchos de los y las artistas más importantes del género.

 

¡Tampoco sabía eso! Antonio macho, nos vas a llenar la agenda de eventos, y no damos para más, eh!
Otra cosa que tenía aquí apuntada y que no podemos dejar de hablar…
Café Berlin Live Sessions… ¿En qué consisten? ¿Cómo surgieron?

Pues básicamente es el intento de capturar esa magia de la que hablaba antes, de capturar el misterio del instante, de lo inconsciente y de la improvisación, como contraposición a los discos tan reelaborados y premeditados a los que estamos acostumbrados desde hace más de 20 años. Es simplemente la grabación de un directo que plasme lo que habitualmente pasa allí, para luego mezclarlo en mi estudio y editarlo en vinilo.

El primer artista del Café Berlin Sessions ha sido Caramelo de Cuba con un montón de músicos increíbles cómo Josemi Carmona, Diego Guerrero o Alana Sinkey. Se grabó el año pasado cuando había restricciones de publico, solo para 80 personas. Se hicieron dos pases y elegimos la mejor toma de cada uno de los pases. Efectivamente es un disco vivo lleno de emociones.

Hacer una discográfica para editar estos discos en directo era una ilusión que tenía desde el antiguo Café Berlín y finalmente me he lanzado a hacerlo con toda la ilusión y amor a la música. Espero que crezca y que dé lugar a una colección enorme en el tiempo. Fantaseo también con juntar a ciertos músicos, buscar lo insólito. A ver si hay apoyo de todos lados para que esto pueda crecer.

Tuve el placer de estar ahí… De hecho gracias a ti fue nuestra primera oportunidad de acceder a una sala con nuestro equipo y poder grabar el evento. La verdad es que no nos salió tal y cómo esperábamos, pero el recuerdo que tenemos de aquel día es mágico y el agradecimiento al Berlín y a ti también. Si cuadramos para ir a la próxima, seguro que sale mejor contenido por nuestra parte jejej.
Porque… ¿Alguna Café Berlín Live Session a la vista?
 

Estoy ya preparando el Segundo Volumen de Jorge Pardo, grabado el pasado junio. Es un disco a cuarteto con Pablo Baez al contrabajo, Tuurs Moens a la batería y un increíble acordeonista portugués llamado Joao Frade.
Tengo también la ilusión de revisar los conciertos de Jerry Gonzalez que tengo grabados del antiguo y del nuevo Café Berlin y poder sacar un disco póstumo con el permiso de la familia.  

 

¡Yeahhh! Avísanos para escucharlo y para ayudaros a difundir vuestro arte.
¿Y alguna novedad del Café Berlín a la vista que nos puedas contar?

En el Berlin todo es novedad, como si fuera el primer día jajaja.

¡Doy fe!
Última pregunta y terminamos… ¿Cómo ves el panorama musical en España? ¿Realmente es tan complicado vivir de la música en una ciudad que demanda tanta música como Madrid? 

Me parece muy bueno el panorama musical actual. Hay muchas escuelas de música que hacen que salgan muchos músicos bien formados y por otro lado nuevas formas de expresión musical. Por lo que, hablando de músicos, tenemos una cantidad enorme de músicos enormes. Pero cierto es también que a veces eso no es sinónimo de que todos y todas puedan vivir de ello…

¡Antonio! ¡Muchas gracias de nuevo! Charlar con gente del gremio para nosotros siempre es un honor y algo enriquecedor, pero contigo lo es aun un poco más. Muchas gracias y vida eterna a la labor de los técnicos de sonido y al Café Berlín!

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