Vuelve el templo del perreo, la piscina y la juventud desatada, vuelve el Arenal Sound 2025

Jul 4, 2025

Ya está aquí. Ya lo sentimos. Esa especie de electricidad que nos recorre el cuerpo cuando se acerca uno de esos festivales que no solo marcan el calendario, sino que marcan una época y varias generaciones. Entre tantos eventos, giras y festivales que cada verano nos ofrecen una sobredosis de música, hay uno que para nosotros tiene un lugar muy especial: el Arenal Sound.

Sí, este 2025 repetimos. Y lo hacemos con todas las ganas del mundo, porque aunque nuestro rollo habitual sea más de bandas, guitarras y estribillos con alma rock, hay una excepción que siempre confirmará la regla. El Arenal Sound es el único festival urbano al que vamos cada año, y no por compromiso ni por hype: lo hacemos porque nos tiene totalmente conquistados.

Del 30 de julio al 3 de agosto, la ciudad de Burriana (Castellón) volverá a transformarse en el paraíso sonoro de toda una generación. Y este año no es uno cualquiera: el Arenal celebra su 15º aniversario, y lo hace con un cartel que rinde homenaje a lo que mejor sabe hacer: combinar fiesta, perreo, nostalgia y nuevos sonidos en un cóctel que nunca falla.

Entre los nombres que más brillan este año están Bad Gyal, Steve Aoki, Omar Montes, Trueno, Afrojack, Melendi, Juan Magán, Chanel, Ovy on the Drums, Beret, Jhavyco, Marlon, Diego T, Lírico en la Casa, Alexis & Fido, King Africa y muchísimos más. Un desfile de artistas que van desde los nombres que revientan TikTok hasta clásicos del reggaetón y el pop español que todos hemos cantado alguna vez… aunque lo neguemos.

Como siempre, el cartel no está pensado para gustarte a ti, está pensado para hacerte bailar aunque no quieras. Y ahí está su magia. En que te acaba atrapando. En que lo que no entendías cuando lo leías en marzo, lo terminas coreando con toda el alma en agosto.

Ya lo dijimos en nuestras crónicas de 2023 y 2024, y lo repetimos con orgullo: el Arenal Sound no es un festival, es una experiencia emocional de seis días que te deja resaca física y emocional. Es un lugar donde la música es solo la excusa para algo más grande: desconectar, conocer, dejarte llevar, vivir el ahora como si no hubiera mañana.

La famosa piscina, que se ha convertido en una especie de Santuario del Sounder, vuelve a ser el punto de encuentro entre temazo y temazo. Las fotos más locas, los bailes más espontáneos, las confesiones entre mojitos… todo pasa ahí. El Pool Stage, con sus fiestas a pleno sol, es un festival dentro del festival. Literalmente no hay otro sitio igual en España.

Y luego está el mar. Porque sí, pocos festivales pueden presumir de tener a cinco minutos la posibilidad de meterte en el Mediterráneo antes de empezar la jornada. Esa brisa que aparece al caer el sol. Ese paseo desde el apartamento al recinto. Ese momento en el que sabes que empieza otra noche inolvidable.

Quien ha estado en Arenal sabe que la música no es lo único que suena. Hay otro lenguaje que se habla a gritos: el de los outfits imposibles, las gafas de colores, los conjuntos coordinados y esa voluntad estética que convierte al Main Stage en una pasarela abierta 24/7. Y nos encanta.

En esta era de redes y autorretratos constantes, cada rincón del festival es fotogénico, cada esquina es un escenario improvisado. El postureo no molesta, porque todos lo compartimos. Y la estética sounder, lejos de ser impostada, se convierte en una forma de vivir y de reivindicar que estamos aquí para celebrar.

Lo dijimos el año pasado: no somos el target. Pero también dijimos que pocas veces nos lo hemos pasado tan bien como en el Arenal Sound. Porque una cosa es que no escuches reggaetón todos los días, y otra muy distinta es no entregarte cuando suenan los primeros acordes de un clásico de Henry Méndez, o cuando una diva urbana arrasa en el escenario como si estuviera en los Grammy.

El año pasado vimos cómo Nil Moliner nos emocionaba con su banda completa, cómo Lola Índigo se comía el escenario como la reina que es, cómo Aitana nos cerraba la boca con un directo tan currado como sincero, y cómo miles de sounders gritaban y bailaban como si fuera su primera fiesta. Eso es el Arenal. Una sorpresa constante, una alegría que se contagia.

Así que sí, nos volvemos a dejar llevar por esta locura organizada. Volvemos a subirnos a ese tren sin frenos de cinco días de música, outfits, piscina, amaneceres, risas y mucha, mucha fiesta. Volvemos porque hay experiencias que se graban en la memoria como tatuajes invisibles, y el Arenal Sound es una de ellas.

Si nunca has ido, este es el año perfecto para empezar. Y si ya lo conoces… sabes perfectamente de lo que estamos hablando.

Nos vemos en la piscina.
Nos vemos bajo los focos.
Nos vemos en el Arenal Sound 2025.

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