Intentando no notar la ausencia de un cabeza de cartel

Y en el Hipódromo de la Zarzuela nos plantamos alrededor de las 17:30 de la tarde, horas después de que nos confirmasen el pase de prensa.
Cuando llegamos a taquilla y mientras esperábamos a ser atendidos, nos enteramos que Quevedo, el cabeza de cartel del día y artista más escuchado del mundo actualmente, no actuaría en Madrid, al igual que ocurrió la noche anterior en Bilbao.

¿Se le echó de menos? Sí.

¿Puede salir bien un festival sin su cabeza de cartel? Sí.

Era la primera vez que acudíamos a un festival de música urbana, género bastante poco consumido por nosotros, pero si te gusta la música y eres «openmind», es imposible no pasárselo bien.

Un buen elenco de artistas nacionales se dieron cita mientras que el sol se iba en la capital.
Yago Roche, abriendo el Main Stage, aprovechó de maravilla su oportunidad, eso sí, con mucho público aun sin entrar. Luego fue el turno de Juseph, que con una puesta escena valiente y un estilo de voz característico, empezó a hacer del festival una fiesta.

Uno de nuestros favoritos fue sin duda Eix, que, en constante interacción con el público, se dejó la piel en el escenario, habiendo tenido graves problemas de voz la noche anterior en Bilbao.

«Algunos nos dejamos los cuernos en el escenario aunque nos encontremos enfermos», dejó caer.

Y la música en vivo terminó con la cabeza de cartel improvisada (ya la querrían muchos festivales!), Becky G.

Para nosotros fue un gran colofón, ya que fue la única que apareció con banda en vivo, además de un buen grupo de bailarines/as.

Su puesta en escena fue impoluta, elevando al máximo exponente lo que debe ser un concierto de música urbana al que la gente va a divertirse, emocionarse y bailar.

Nos sorprendió mucho su voz en vivo, sin ningún efecto típico de este género, y con una entonación maravillosa a pesar de sus imparables coreografías.

Becky es una de las reinas del género, y Madrid entera se fue de fiesta después de verla en directo.

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