Cuando este género se hace de forma auténtica, visceral y sin florituras, lo único que puedes hacer es saltar, sudar y dejarte llevar.

La Wurlitzer se vistió de sold out para recibir a los madrileños Fuet! y los barceloneses Medalla, que se encargaron de llenar hasta la última esquina de la sala, y, sobre todo, de repartir cera como si no hubiese un mañana.

A Fuet! los descubrimos por pura casualidad en el pasado Mad Cool, buscando algo de caña mientras sonaba la aburrida Avril Lavigne. Y vaya si encontramos lo que buscábamos. ¡Menuda ametralladora!
Anoche volvieron a demostrarnos que lo suyo es intensidad pura, de esa que se vive y se siente desde el primer acorde o el primer berrido.

Sus 45 minutos en el escenario fueron 100% non stop. Pogos, gritos, y crowd surfing por doquier, tanto por parte del público como del propio grupo, que no dudó en lanzarse al meollo al inicio de «Becoming a Ghost» (vídeo al final de la crónica) .
¿Quién necesita discursos largos cuando puedes hablar con tu música? Su directo es un tsunami de energía que arrastra todo a su paso. Son de esas bandas que no solo representan su género, sino que son capaces de contagiarte las ganas de adentrarte en él.

«Si no sudaste con Fuet! el sábado, probablemente estabas en la barra. O en otro concierto.»

Además, aunque el show fue puro descontrol, detrás hay una calidad musical que se ve a la legua. Riffs afilados, batería demoledora y un bajo que manda al subsuelo. Y no nos olvidemos de la voz: esa mezcla entre rabia y sinceridad que te pega directo. Como Tyson en su prime.

Y otro punto que siempre diremos que es fundamental para conectar con el público, es cómo lo viven ellos desde arriba. No hay filtros, no hay postureo; sólo hay ostias musicales. Se nota que esta banda conecta porque ellos están igual de entregados que el público. Vamos, si estuvieron a punto de dejarlo (que lo estuvieron), anoche quedó claro que apoyo tienen, y su directo es tan bueno que con cada bolo estoy 100% seguro de que sacarán una buena legión de fans. Y no de oyentes (que ya tendría mérito). De fans.

No pudimos quedarnos a ver a Medalla —perdón, chicos, os debemos una—, pero lo que vimos con Fuet! ya fue suficiente para salir de la Wurli con la sensación de haber vivido un bolo de hardcore premium y sin tonterías.
Por favor, lectores, colegas, bros… Os guste o no este género, desde aquí os OBLIGAMOS a ver a esta ametralladora al menos una vez en la vida.
De nada.

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