El talento es algo que no hace falta entender, sólo disfrutar.

Mi conexión con Joe Satriani siempre fue a través de unos casos o una pantalla, hasta ayer.
Desde que descubrí su música, hace ya decenas de años, siempre ha sido uno de los pocos virtuosos de la guitarra que ha calado profundamente en mi ser.
Su habilidad para transmitir emociones a través de las notas y los acordes es simplemente asombrosa.
Cada vez que escucho sus canciones, siento que estoy inmerso en su universo musical, donde las seis cuerdas cobran vida de una manera mágica.

Lo que más me encanta del arte en general es esa capacidad única que tiene cada artista para imprimir su personalidad y su toque distintivo en su obra.
En el caso de Satriani, su sonido de las seis cuerdas es absolutamente inconfundible. Sus riffs y solos son tan poderosos y expresivos que a veces parecen provenir de una guitarra con doscientas cuerdas.
Es como si tuviera la capacidad de extraer sonidos y emociones de su instrumento de una manera que desafía cualquier límite conocido.
Esa habilidad sobrehumana es lo que realmente me ha cautivado y me ha convertido en un admirador fiel de su arte.

Hace unos días, tuve la suerte de asistir al concierto de Joe Satriani en La Riviera de Madrid, y déjame decirte que, no teniendo ni idea de escalas, acordes, armonías ni nada que se le asemeje, me di cuenta por enésima vez que nada de eso es necesario para darte cuenta del valor de un músico o de una actuación.

La Riviera hizo un absoluto sold out para recibir al rey de la eléctrica. Abuelos, padres e hijos se juntaron en una noche de rock de primer nivel mundial.

Si no sabes quién es Satriani, creo que deberías ver el video que hay un poco más abajo.
Por si te suena más, Joe fue el maestro de Steve Vai, ¿te lo puedes creer?
Pero bueno, vamos al grano.

El ambiente en La Riviera era de lo más animado. La gente, ansiosa por dejarse llevar por los riffs y solos de Satriani, se arremolinaba en la sala. Era increíble ver cómo un guitarrista podía mantener a todos tan emocionados sin siquiera decir una palabra.

El concierto comenzó sin preámbulos, con Satriani saliendo al escenario como un auténtico rockstar. Y desde el primer acorde, quedó claro que estábamos ante un maestro de la guitarra. Su destreza y pasión se reflejaban en cada nota que salía de su instrumento.

El setlist fue una verdadera delicia para los amantes del rock instrumental. Durante más de dos horas, Satriani nos llevó en un viaje sónico sin necesidad de palabras. Canción tras canción, nos demostró la increíble capacidad que se necesita para sostener un concierto entero sin una sola vocal, y aún así lograr que la gente coree sus melodías como si fueran estribillos de pop. ¡Eso sí que es un talento especial!

No puedo evitar mencionar la complicidad que se estableció entre Satriani y su público. La forma en que interactuaba con nosotros, compartiendo su música y su pasión, creaba una conexión única. Eran como estribillos de guitarra que todos cantábamos al unísono.

En resumen, el concierto de Joe Satriani en La Riviera fue una experiencia realmente buena.
Afirmo rotundamente que nos dejó a todos con una sonrisa en el rostro y una gran dosis de admiración por este genio de las seis cuerdas.
Si alguna vez tienes la oportunidad de presenciar uno de sus conciertos, no lo dudes ni un segundo!
¡Hasta la próxima, Joe!

Suscríbete a nuestra newsletter

 

¡Fliparás con nuestras redes!

Contenido diario (¡y a color!) y agenda musical en nuestras redes sociales.
¡Pincha y síguenos! 🙂

Sigue explorando…

CRÓNICA Viñarock 2024: Como vivir un festival sintiéndote adolescente muchos años después de serlo.

CRÓNICA Viñarock 2024: Como vivir un festival sintiéndote adolescente muchos años después de serlo.

Déjame que te ponga en situación. Con mis 36 años a cuestas, nunca fui un gran fanático del rock español, pero decidí aventurarme en este festival como una especie de desafío personal. Quería descubrir si el Viñarock sería capaz de conquistar mi corazón y hacerme apreciar este género musical.
Y déjame decirte que las sensaciones fueron muy buenas.

leer más