El rock no muere mientras existan propuestas como la de Laura Cox

Mar 22, 2025

Laura Cox es ROCK. Sin concesiones, sin florituras, solo riffs que no quieres que terminen jamás. Su concierto en la sala Villanos fue una auténtica bendición para los amantes del género, una noche donde la guitarra volvió a ser la gran protagonista.

Muchos creen que el rock está en peligro de extinción, pero Laura se encarga de demostrar lo contrario con cada riff. Su forma de tocar destila respeto por las raíces, pero con una energía renovada que le da un soplo de aire fresco al género. Y lo mejor de todo: no está sola. Su banda es mucho más que un respaldo sólido; son una maquinaria perfectamente engrasada. El teclista, tremendamente rítmico y percusivo, aportaba groove como pocas veces se ve en el rock. El batería tenía una pegada brutal, marcando el pulso con una contundencia que te hacía sentir cada golpe en el pecho, y el bajista, con su solidez impecable, mantenía todo en su sitio, sosteniendo el peso de cada canción.

Fotos y crónica: Kenyi Yoshino

Media entrada en la sala, lo que es un lujo para disfrutar del concierto con comodidad, pero también una pena que propuestas así no llenen un recinto como Villanos. Porque lo que se vivió anoche fue un espectáculo de rock en su estado más puro. Sin adornos, sin distracciones. Hacía mucho que no íbamos a una velada dominada por los riffs, y Laura entregó una exhibición de solos bestiales, desplegando todo tipo de técnicas: tapping, bends que parecían gritos de la guitarra, un vibrato cargado de emoción y pasajes rápidos que mantenían a la audiencia en vilo.

«Si el rock fuera una hoguera, Laura Cox sería la chispa que lo mantiene encendido.»

Uno de los momentos más especiales fue cuando presentó tres canciones que estarán en su próximo disco. Temas nuevos que suenan tan contundentes como sus clásicos más potentes, demostrando que su evolución sigue firme en la misma dirección: riffs afilados, actitud arrolladora y una pasión inquebrantable por el rock.


El público, aunque no abarrotó la sala, se entregó sin reservas. Se podía ver a la gente moviendo la cabeza al ritmo de cada riff y disfrutando de una noche que tenía todos los ingredientes de un gran concierto de rock. No importaba la cantidad, sino la intensidad con la que se vivía cada tema.

Al final del show, Laura y su banda se despidieron entre aplausos y ovaciones, con la promesa de volver pronto (me suena que dijo que este mismo año). Y si algo quedó claro anoche es que el rock sigue latiendo fuerte en cada cuerda de su guitarra. No importa cuántos lo den por muerto, mientras haya artistas como ella, el género tiene un futuro brillante por delante.

Una noche de guitarras en su máxima expresión, con una artista que se confirma como una de las imperdibles del rock actual. Laura Cox es el presente y el futuro del género, y quien aún tenga dudas, solo necesita verla en directo para disiparlas de inmediato.

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