Desde el éxtasis de ‘Tadow’ hasta la innovación en vivo, el jamaicano-americano nos regala una noche inolvidable de jazz, funk, R&B y hip hop.

Si eres como yo y has visto el icónico video de «Tadow» más veces de las que puedes contar, entonces sabes que Masego es un maestro en el arte de la improvisación y la creación musical.
Desde el primer momento que le descubrí entre las notas de ese vídeo junto a FKJ, su habilidad para tocar cualquier instrumento como si fuese fácil, y su capacidad de crear capas de sonido con un loopeador (en este caso, el Boss RC505, uno de mis juguetes musicales favoritos) me dejó enganchado.
Es como si cada repetición fuera un nuevo matiz, una nueva historia contada con su saxofón y su voz.

Ahora, con el Boss RC505 en casa, siento que he cerrado un ciclo personal que comenzó cuando descubrí a Dub FX, pasando después por Marc Rebillet, hasta llegar al genio mismo: Masego.

La atmósfera en La Riviera estaba cargada de expectación cuando Tanerelle subió al escenario como telonera. Con su presencia imponente y su música envolvente, nos llevó en un viaje introspectivo a través de su mezcla única de soul y trip hop. Era el preludio perfecto para lo que estaba por venir.

Masego es de esos que tiene la misteriosa habilidad de hacer parecer fácil cantar y tocar 5 instrumentos en un mismo bolo. Y eso tiene el doble de mérito que simplemente hacerlo.

Y entonces, el momento que todos estábamos esperando: Masego, el hombre de los mil talentos, hizo su entrada triunfal en el escenario. Con su saxofón en una mano y el micro en la otra, nos llevó a un mundo donde el funk se fusiona con el jazz, el R&B y el hip hop de una manera completamente nueva.

A lo largo de la noche, nos deleitó con una selección de sus éxitos más emblemáticos. Desde «Sides of Me» hasta «Navajo«, cada canción era una experiencia única, como si estuviéramos explorando diferentes dimensiones de su arte. Su voz seductora y su dominio del saxofón nos mantenían hipnotizados, mientras que su energía en el escenario nos mantuvo bailando toda la velada.

Pero lo más impresionante fue su capacidad para reinventarse una y otra vez (y no creo que sea por pensar que su producto está caduco, si no por pura inquietud musical). No contento con ser solo un maestro del saxofón, esta vez también nos sorprendió con su destreza en el teclado. Era como si estuviéramos presenciando a varios artistas en uno solo, cada uno más talentoso que el anterior.

Y, por supuesto, no podía faltar una versión reducida de «Tadow«, esa canción que nos unió a todos desde el principio. Con cada nota, nos transportó de vuelta al video que nos presentó a su magia por primera vez, recordándonos por qué nos enamoramos de su música en primer lugar.

Comentar que se vendían «early tickets» (entradas 3 veces más caras que las nomrlaes para que los que las compran puedan entrar antes y ocupar las primeras filas), algo que dejó un sabor amargo en la boca de muchos de nosotros. Para los fanáticos que queremos experimentar la magia de cerca, el hecho de que ahora dependamos más del tamaño de nuestra cartera que de nuestra pasión por la música es decepcionante.

Pero a pesar de esto, el concierto de Masego en La Riviera fue un evento inolvidable. Una noche llena de energía, talento y, sobre todo, música que nos recordó por qué nos enamoramos de este arte, y de que las nuevas generaciones son como todas las anteriores, llena de genios.

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