La fuerza musical y física de esta mujer sobre una tarima se sale de los estándares normales.
Talento, personalidad y pasión a la altura de muy pocos.

Mi historia con Nathy Peluso empezó hará unos 2 años y medio, dentro de un coche parado, en aquella época en la que teníamos restricciones para salir a la calle, y con una loca al lado (en el buen sentido, así como la Nathy) que, como buena copiloto, era la DJ oficial del coche.

Aquel día, después de ponerme a Beyoncé y pegarme mientras bailaba, me puso a una piva argentina que le dedicaba canciones a la pizza con pepperoni.
– “Tío me encanta esta tal Nathy Peluso, jajaja está super loca y canta super bien! La vi en 2018 en las Fiestas de Barrio del Pilar gratis y fue una pasada!”
– “¿En las fiestas de Barrio Del Pilar? ¡Si ahí tocaron mis vecinos hace años!”
– “¡No seas tonto! Espera, que te pongo otro tema.”

Y no se qué canción sonó después de la del pepperoni, pero me quedé totalmente embobado con su voz. ¿Cómo la misma tía podia estar haciendo una canción bizarra sobre el pepperoni y luego hablarme de su desamor con tanta elegancia que casi me dan ganas de llorar a mi también?
Pues siendo una artista 100% auténtica, algo cada vez más escaso. Siendo ella misma y reflejando quien es a través de su arte.

Y desde aquel día hasta hoy sigo admirándola muchísimo en este sentido, y, obvio, en el musical.
Ups! Se me olvidaba! Desde ayer también admiro su tremenda forma física.
Cantar como lo hace, bailar como lo hace, incluso saltar a la comba como lo hace, requiere de una preparación de deportista de élite.
Si algún día quiere cambiar de profesión, ¡se puede hacer boxeadora!

Tener a esta mujer a centímetros es como estar dentro de un huracán.
Visto lo de ayer parece que con esta gira ya se ha pasado el juego, pero la carrera y los tremendos directos de Nathy promete darnos muchísimas más alegrías.

Cierto es que desde aquel 2018 en el que me conquistó con su EP “La Sandunguera” (que aun a día de hoy sigue siendo mi favorito), ha cambiado mucho de estilo, puesto que todos sabemos que su cohete a la fama fue hacer canciones del género urbano.
 ¡Pero es que en eso también es única!

El reggaeton de Nathy no es reggaeton, el trap de Nathy no es trap. Los boleros de Nathy no son boleros.
Todo lo que hace la Peluso tiene su toque, que además de super único y auténtico, es increíblemente bueno musicalmente.

Ayer cerraba una gira de 2 años, colgando sold outs en Buenos Aires, Londres o Los Ángeles, y eligiendo Madrid para el último “Calambre”.
¡Lo de anoche no fue un calambre, fue un puto calambrazo!

Mis ilusiones por verla en directo eran 3:

– Que mi amiga me había dicho que tenía una voz brutal en vivo.

– Que me gustaba mucho su original estilo, una mezcla perfecta entre lo basto y lo elegante.

– Que otro conocido mío me habló de la banda que lleva con ella, TREMENDA por cierto.

Y lo que eran sólo ilusiones, que siento a menudo cuando de música se trata, se convirtieron en admiración y fanatismo al terminar el concierto.

Muchos de los directos a los que voy sin conocer mucho a los artistas, acaban generando en mi un fan nuevo.
Nathy ha conseguido ir un paso más allá. Ha conseguido que la admire.

Las 2 horas de energía que se vivieron ayer en el WiZink fueron algo único, y que muy pocos artistas son capaces de lograr, ya que para ello tienes que ponerle muchísima pasióntalento y tener un físico descomunal.
Ella tiene las 3.
Sigue viviendo cada concierto como si fuese el último y el primero.
Justo el de ayer sí era el último. De esta gira.
¡Deseando que llegue la siguiente!

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