Esto no es más que la historia personal de cómo me siento después de ver, escuchar, fotografiar, abrazar y charlar con una de mis voces favoritas

AVISO: Este es un artículo de una grupie que vive la vida y la música con mucha pasión. Y que ama mucho a Pablo López. 😛

Hay días en los que crees que nada puede salir mejor, las expectativas ya son lo suficientemente altas como para llegar a creer que éstas se pueden superar.  El concierto de Pablo López excedió por completo cualquier pensamiento e idea que podía haber llegado a tener.

Fui con la mejor compi de conciertos del mundo, mi madreTuve problemas para conseguir la acreditación que días antes ya me habían confirmado, pero gracias a un compañero de seguridad pude acceder a la zona del staff de Pablo para intentar solucionarlo.

Entré nerviosa a ese recinto privado, me dirigieron a unas casetas donde estuve un buen rato esperando, mucha gente intentando ayudarme, todos muy muy amables, me pidieron mi nombre completo y me dijeron que ya estaba todo listo, ya tenía acceso para sacar fotos desde el escenario.

En ese momento apareció Pablo en la otra punta del recinto, empezó a abrazar a la banda y se sentaron a comer en una mesa al lado de su camerino. Daba la casualidad que era a pocos metros de por donde tenía que pasar para salir otra vez al concierto.

Empecé a caminar y a caminar súper nerviosa con una sonrisa gigante mirando a Pablo, prácticamente temblando, él me miraba caminar hacia ellos. Vio que yo sonreía y empezó a sonreír el también, cuando me acerqué un poco más, sin haber apartado miradas, le saludé tímidamente, el sonrió aún más y me saludó de vuelta agitando mucho la mano con un toque increíblemente cercano e infantil. Nos empezamos a reír los dos, esa risa tan única que tiene Pablo la pude escuché en persona y fue por mí.

Directamente salí por la puerta y fui a contárselo a mi madre eufórica de la emoción a más no poder.

El concierto empezó, Pablo magnífico como siempre, lo había visto en directo hace 3 años, estaba deseando volver a verle, hacerlo esta vez desde tan cerca, mezclado con mi pasión por la fotografía, fue mágico.

Hace tres años me dije a mi misma después de verle en concierto «buah admiro muchísimo a Pablo López , esa capacidad que tiene de convertir tanto lo más hermoso de la vida, como lo más duro y dañino en arte a través de la música, lo convierte a él en un genio»

En cuanto salí del foso y escuché las primeras notas de «te espero aquí» una de mis canciones favoritas, rompí a llorar.

Que hermoso es ver como tus sueños se cumplen mientras la música que tanto te ha marcado te rodea.

Seguí haciendo fotos, desde los palcos, desde la pista general… por todas partes, vamos.

Volví al front stage, era un muy buen sitio. Estaban las típicas barreras de foso separando la pista general de la Vip front stage, éstas tenían una especie de asientos metálicos.
Me subí y empecé a hacerle fotos a Pablo, estaba de pie por encima de todo el público, justo en el medio, con mi cámara, sobresalía completamente.

Pablo se fijó en mí, me vio entre todo el mundo sacándole fotos, a lo mejor me reconoció por haberle saludado una hora antes. Me miró fijamente durante unos segundos y de repente me lanzó un beso mientras cantaba, sonrió y se puso a tocar el piano. Lo tengo justo captado en cámara.

Me bajé de la estructura metálica y me quedé unos segundos asimilando que había sido a mí, que me había mirado a mí y que me había lanzado un beso.

La gente de mi alrededor súper contenta me empezó a decir que , que Pablo se había dirigido expresamente a mí. Todos súper sonrientes y orgullosos, sin conocerme de absolutamente nada.

A partir de ahí hice menos fotos y disfruté a tope del concierto, fue preciosisimo.
Cuando terminó fui a la zona backstages para poder dar la enhorabuena a Pablo y a todos sus músicos por el conciertazo que se habían marcado.

Conseguí hablar con el bajista de Pablo, después con el guitarrista y también con el técnico de luces, me llevé muy bien con todos, fueron súper amables y cercanos. Es probable que vieran en mis ojos la ilusión y eso les motivara a ayudarme. Me dieron sus números de teléfono y me dijeron que muchas gracias por las fotos y que si quería quedarme con ellos. ¡Qué pregunta!

Al rato salió uno de ellos con una acreditación, Staff AAA Pablo López, con la foto de la portada de la gira. Como si fuera uno más del grupo, me metieron dentro, pedí por favor si podían meter a mi madre y entramos las dos. El guitarrista de Pablo López me había dado su acreditación para que no me quedara fuera.

Los de la banda estuvieron un rato hablando conmigo, preguntándome sobre el equipo fotográfico que llevaba, si iba a muchos conciertos, cuál era el próximo etc. Era el cumpleaños del batería, me preguntaron si les podía hacer unas fotos mientras soplaban todos las velas cuando llegara Pablo, que aún seguía en el camerino. Sin dudarlo les dije que sí.

Pablo salió y se puso a saludar a todos los compromisos que tenía. Yo lo miraba pensando «Dalia que estás en su círculo, estás entre esa gente privilegiada que tiene la oportunidad de conocer a Pablo López, de compartir un rato con él»

Cuando terminó, se acercó a la mesa de cumpleaños, se pusieron todos para la foto y no dejó de sonreírme. Me hacía entender con la mirada que sabía quien era.

Después siguió atendiendo ciertos compromisos y llegó mi momento.

Me acerqué un poco a él y vino hacia mí con los brazos abiertos, me dio un abrazo muy largo. Abrazar a tu referente musical, que mágico. Me dijo al oído sin dejarme de abrazarme que me había visto hacer fotos durante el concierto, yo le dije cuánto le admiraba. Que él mismo te diga que se ha fijado en ti durante el concierto, menudo logro.

Me dijo que tenía un compromiso, pero que ahora volvía, al despegarse me agarró las manos muy fuerte y se fue. Yo estaba en las nubes, si me dijo algo más ni siquiera lo recuerdo de lo nerviosa que estaba.

Ha sido un sueño, pero completamente real, eso me hace tan feliz.

Se volvió a meter en su camerino. Mientras hablé con Mati un rato, el bajo, una cosa llevó a la otra y de pronto, me lanzó una invitación, no me lo podía creer. Me comentó que volvían a Málaga el 18 de agosto, al Starlite, uno de los festivales más prestigiosos de toda España. Me invitó a ir con ellos como fotógrafa de Pablo López y de la banda.

Después llegó Santi, el guitarrista y me pidió de vuelta su acreditación, que aún la llevaba colgada, se la di y me dijo que no me preocupara, que en el próximo concierto me daría la mía propia, que formaría parte de ellos. Luego llegó Miki, el batería y cumpleañero, me pidió que por favor le pasara las fotos. Me dieron todos muchos abrazos, nos hicimos unas fotos se despidieron y se marcharon.

Salió Pablo, tuve que seguirle un poco porque no paraban de llamarle de todas partes, pero se giró hacia mí, se paró y volvió a abrazarme. Aquí le dije que había ido a hacerle fotos por amor a su música, se quedó muy sorprendido y me dio las gracias, me dijo que le encantaría ver mis fotos. Me preguntó que de dónde venía. Le dije que soy de Málaga, como él y me soltó riéndose «¿entonces por qué hablas así?». Después le pedí una foto, nos hicimos varias, las tomó mi madre. Me dijo que se tenía que ir ya, pero que nos volveríamos a ver, me abrazó y se fue definitivamente.

Recogimos las cosas y salimos del recinto, empecé a llorar y a temblar de la felicidad, había conocido, hablado, abrazado y sentido al gran Pablo López.

La gente me miraba y parecían súper felices por mí, como si pudieran adivinar lo que pasaba por mi mente.

Me quité los zapatos en el césped del festival y así descalza y feliz, terminó una de las noches más bonitas de mi vida.

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