Resurrection Fest 2025 – Día 4: Un broche de oro con Slipknot, caos y emoción colectiva

Jun 30, 2025

La última jornada del Resurrection Fest 2025 en Viveiro fue, sin duda, una de las más intensas y memorables de esta edición. Con un cartel diverso y potente, el sábado arrancó con un ambiente eléctrico, propio de quienes saben que se acerca el fin de una experiencia irrepetible. Y qué mejor forma de cerrar cuatro días de metal, hardcore y punk que con algunas de las bandas más esperadas del festival.

El día comenzó con una de esas actuaciones que se graban a fuego en la memoria colectiva: Gutalax. Lo que en principio podría parecer un simple show de grindcore checo se transformó rápidamente en una fiesta grotesca, hilarante y absolutamente desbordante de energía. Con su característico sentido del humor escatológico, Gutalax ofrecieron una actuación tan surrealista como divertida. El público, entregado desde el minuto uno, respondió con una cantidad de crowdsurfings que resultó abrumadora incluso para los estándares del Resu. En cuestión de minutos, se había formado un océano de cuerpos flotando sobre la multitud, acompañando el desmadre de la banda.

Fotos y crónica: Alvaro Carlier

Poco después, The Broken Horizon hicieron acto de presencia, demostrando por qué son una de las promesas más firmes del metalcore nacional. Con un sonido pulido, contundente y una entrega total sobre el escenario, supieron canalizar la energía del público sin dejar que decayera ni un instante.

Los estadounidenses Tetrarch tomaron el relevo con una actuación compacta, que cumplió con creces las expectativas. Sin excesos ni artificios, su set fue directo, efectivo y con un sonido que sigue ganando solidez a cada gira. Se nota que la banda está en plena forma, y el público del Resurrection lo supo apreciar con un recibimiento cálido y entregado.

La tarde seguía avanzando y el escenario principal se encendía de nuevo para recibir a Aviana, una de las bandas que más expectación había generado en redes en las semanas previas. No decepcionaron. Con una puesta en escena espectacular, luces bien medidas y una energía escénica que llenó todo el recinto, ofrecieron uno de los conciertos más potentes del día. La voz principal, afilada y versátil, y el juego de dinámicas instrumentales mantuvieron al público enganchado de principio a fin.

Uno de los momentos más comentados de la jornada fue la actuación de Adept, quienes ocuparon un lugar importante tras la cancelación de última hora de Crossfaith. La banda japonesa se vio obligada a cancelar su presencia tras graves acusaciones a uno de sus miembros, algo que se anunció días antes. Adept tomaron el relevo en el Main Stage. No solo estuvieron a la altura, sino que aprovecharon la ocasión para reivindicarse como uno de los nombres clásicos del post-hardcore europeo. Con una conexión inmediata con el público, riffs contundentes y una interpretación sincera y visceral, Adept convirtieron su actuación en uno de los grandes momentos del día.

En el Ritual Stage, Spectral Wound ofrecieron una descarga de black metal crudo y atmosférico que contrastaba con otras propuestas más core del día, aportando así variedad y profundidad al cartel. La oscuridad de su sonido, unida a una puesta en escena sobria pero intensa, se ganó a una buena parte de los asistentes, que disfrutaron de un show sólido y envolvente.

Y entonces llegó el turno de Walls Of Jericho, tocaron en el Chaos Stage, una de las bandas más queridas del hardcore internacional. Liderados por una Candace Kucsulain desatada, ofrecieron un concierto cargado de fuerza, mensaje y presencia. Era imposible no contagiarse de la energía de la banda, que incendió literalmente el pit con una actuación redonda y sin concesiones. El público respondió como era de esperar: gritando, saltando, empujando y formando parte activa del espectáculo.

Con la noche ya bien entrada, Slipknot aparecieron como los auténticos titanes del día. Su actuación fue, como no podía ser de otra manera, un despliegue total de medios, energía y magnetismo. La banda convirtió el escenario principal en una maquinaria perfectamente engrasada de caos sonoro, brutalidad técnica y espectáculo visual. Fue también su presencia la que agotó todas las entradas de día del festival, algo que no sorprende al ver la avalancha de camisetas con su logotipo que poblaban Viveiro desde la mañana. La comunión entre banda y público fue total, con un despliegue de pirotecnia, juegos de luces y actitud arrolladora que justificó con creces su estatus de cabezas de cartel.

Tras su concierto, el End Show del Resu tomó el relevo con fuegos artificiales y un emotivo vídeo que sirvió tanto de despedida como de anuncio: la edición de 2026 ya tiene fecha, y será del 1 al 4 de julio.

Pero aún quedaba una última joya para cerrar la noche: Zeal & Ardor, que ofrecieron un set profundo, vibrante y espiritual. Su mezcla de black metal, góspel y soul no deja de sorprender incluso a quienes ya los han visto antes. La intensidad emocional de su propuesta fue el cierre perfecto: una catarsis colectiva que puso punto final a una edición memorable.

El Resurrection Fest 2025 se despidió con la sensación de haber vivido algo único, con miles de almas exhaustas pero felices. Un sábado perfecto para cerrar un festival que sigue siendo referencia indiscutible del metal en Europa. En los próximos días ofreceremos una crónica de todo el festival más detallada.

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