Lacuna Coil reinan en La Riviera con su “Sleepless Empire” y un debutante Nonpoint en plena combustión

por | Oct 17, 2025

Madrid recibió anoche una doble descarga de metal alternativo y energía sin filtros. Por un lado, la veteranía gótica y sofisticada de Lacuna Coil, que regresaban a la capital para presentar su nuevo álbum «Sleepless Empire»; por otro, la intensidad visceral de Nonpoint, quienes pisaban suelo español por primera vez en su ya dilatada carrera. Una combinación inesperada pero tremendamente efectiva que llenó La Riviera hasta casi agotar entradas y dejó una sensación de comunión total entre bandas y público.

Nonpoint: primera vez, como si siempre hubieran estado aquí

Los norteamericanos Nonpoint llevaban más de dos décadas girando por todo el mundo, pero por motivos casi inexplicables nunca habían tocado en España. Esa deuda histórica se saldó anoche con un show que demostró que su fama de banda incendiaria en directo está más que justificada. Desde el arranque con “Breaking Skin”, el quinteto de Florida conectó con el público madrileño con una facilidad pasmosa.

El vocalista Elias Soriano salió al escenario como un torbellino de carisma, haciendo saltar al público desde el primer riff. Su actitud —mitad frontman clásico, mitad agitador de masas— marcó el tono de un concierto que se movió entre el groove metal y el hard rock más contundente, siempre con una base rítmica aplastante. El guitarrista Rasheed Thomas y el bajista Adam Woloszyn no pararon de moverse, intercambiando miradas cómplices y riffs cargados de energía.

Nonpoint, Alvaro Carlier
Fotografía: Álvaro Carlier

“What a Day” fue una de las primeras en provocar un coro unánime. Aunque muchos asistentes llegaban sin conocer demasiado su repertorio, la banda consiguió lo que pocas veces ocurre con un telonero: que el público se entregara por completo. “Chaos and Earthquakes” y “Dodge Your Destiny” consolidaron esa conexión. Nonpoint no solo vino a cumplir expediente, vino a dejar huella.

Uno de los momentos más destacados llegó con “Ruthless”, probablemente su tema más directo y agresivo, donde Soriano bajó al foso para cantar cara a cara con los fans de las primeras filas. La energía era contagiosa; cada breakdown retumbaba en las paredes de La Riviera con una mezcla de precisión y rabia controlada.

El tramo final fue una demostración de oficio. “In the Air Tonight”, la versión de Phil Collins que el grupo lleva años reinterpretando, sirvió como guiño cómplice para quienes no los conocían. Su lectura metalizada del clásico ochentero se transformó en un clímax colectivo que desembocó en la recta final: “Alive and Kicking” y la imprescindible “Bullet With a Name”, donde todo el público acabó saltando al unísono.

Cincuenta minutos de actuación, cero momentos de descanso. Nonpoint se despidieron con una ovación que bien podría haber correspondido al cabeza de cartel. No hay duda: tardaron demasiado en venir, pero su primera visita fue un éxito absoluto.

Nonpoint, Alvaro Carlier
Fotografía: Álvaro Carlier

Lacuna Coil: el nuevo imperio del insomnio

Tras una breve pausa, las luces de La Riviera se tiñeron de rojo intenso y una intro atmosférica anunció la llegada de Lacuna Coil. La banda italiana llevaba meses generando expectación con su nuevo trabajo, «Sleepless Empire», lanzado este mismo año. Con más de dos décadas de carrera, los de Cristina Scabbia y Andrea Ferro se han ganado un estatus de respeto dentro del metal europeo, y anoche demostraron por qué.

El inicio con “Layers of Time” y “Reckless” fue una declaración de intenciones: contundencia, melodía y una puesta en escena de alto nivel. Cristina, vestida con una túnica oscura y maquillaje escénico que evocaba el concepto visual del nuevo disco, se mostró impecable en lo vocal desde el primer verso. Andrea, siempre enérgico, complementaba con su estilo más agresivo en los pasajes guturales. La química entre ambos sigue siendo el alma del grupo.

Uno de los primeros momentos de impacto llegó con “Hosting the Shadow”, una de las nuevas piezas de «Sleepless Empire» que combina atmósferas densas con estribillos casi himnóticos. El público, visiblemente entregado, coreaba cada palabra como si se tratase de un clásico. La producción sonora fue impecable: La Riviera, conocida por su acústica irregular, sonó anoche como pocas veces gracias a un equilibrio perfecto entre voces y guitarras.

“Kill the Light” y “Die & Rise” recuperaron el pulso más industrial de la banda, con bases electrónicas oscuras y una iluminación milimétrica, sincronizada con cada golpe de batería. Las luces estroboscópicas y los haces de humo contribuían a esa atmósfera de ritual nocturno que tan bien maneja Lacuna Coil.

El público vibró especialmente con “Spellbound”, uno de los grandes himnos del grupo, y con “In the Mean Time”, otra de las novedades más coreadas. Cristina agradeció en perfecto español el apoyo del público madrileño —“¡Siempre es un placer volver a Madrid, sois increíbles!”—, y el agradecimiento fue devuelto con un rugido unánime.

Lacuna Coil, Alvaro Carlier
Fotografía: Álvaro Carlier

El tramo central del concierto fue una montaña rusa emocional. “Downfall” y “Heaven’s a Lie XX” sirvieron como homenaje a los primeros años de la banda, pero adaptados a un sonido más contemporáneo, con arreglos renovados que mostraban cómo Lacuna Coil ha sabido evolucionar sin perder identidad. La dupla de guitarristas Marco “Maki” Coti Zelati y Diego Cavallotti estuvo espléndida, alternando riffs pesados con pasajes melódicos que daban aire a la densidad general del set.

Uno de los momentos más intensos llegó con “In Nomine Patris”, una de las composiciones más ambiciosas del nuevo disco. Con una estructura casi litúrgica, la canción se elevó entre coros pregrabados y un despliegue lumínico que convirtió el escenario en una catedral gótica moderna. Fue el punto de inflexión del concierto: a partir de ahí, la banda pareció soltarse del todo.

El bloque final fue un desfile de temas imprescindibles: “The House of Shame”, “Blood, Tears, Dust”, “Gravity” y “Oxygen” sonaron con una energía que confirmaba que Lacuna Coil atraviesa una de sus etapas más inspiradas. En “Nothing Stands in Our Way”, ya convertida en un clásico moderno, La Riviera entera coreó el estribillo a pulmón abierto, brazos al aire, en un momento de comunión total entre banda y público.

Un bis a la altura de un imperio sin sueño

El grupo abandonó el escenario entre vítores, pero el público sabía que aún quedaban cartas por jugar. Los bises comenzaron con “The Siege”, una de las más agresivas del nuevo repertorio, donde Andrea Ferro tomó protagonismo absoluto con su registro más extremo. Luego, “I Wish You Were Dead” mantuvo la intensidad con un sonido cercano al metal alternativo estadounidense, demostrando que los italianos no temen reinventarse.

El cierre fue impecable: “Swamped XX”, reinterpretación del clásico de 2002 adaptada al sonido actual de la banda, y “Never Dawn”, su más reciente sencillo, una canción que combina la épica de sus mejores años con una producción moderna y cinematográfica. Cristina, visiblemente emocionada, dedicó el tema final “a todos los que nunca se rinden, incluso cuando no pueden dormir”.

El último acorde resonó como un eco prolongado antes de que la banda se despidiera definitivamente. Ovación cerrada, gritos de agradecimiento y una sensación colectiva de haber presenciado algo grande.

Lacuna Coil, Alvaro Carlier
Fotografía: Álvaro Carlier

Conclusión: una noche para recordar

Lacuna Coil demostraron en Madrid que no solo siguen en plena forma, sino que están atravesando una etapa creativa brillante. «Sleepless Empire» es, probablemente, su trabajo más ambicioso en años, y su traslación al directo lo confirma. La banda italiana combina la teatralidad gótica de sus primeros años con una contundencia moderna que los sitúa, de nuevo, en la primera línea del metal europeo.

Nonpoint, por su parte, se ganaron una legión de nuevos seguidores. Su debut en España fue un torbellino de energía, carisma y profesionalidad. Si alguien llegó sin conocerlos, anoche salió con la firme intención de volver a verlos.

Más allá de la potencia sonora o la precisión técnica, el concierto de La Riviera fue una celebración de lo que mejor define a ambos grupos: autenticidad. Nonpoint pusieron el fuego; Lacuna Coil, la oscuridad elegante. Entre ambos construyeron una velada que justificó cada entrada vendida y dejó claro que, incluso después de tantos años, el metal alternativo sigue siendo un territorio fértil para la emoción y la renovación.

En una noche madrileña de otoño, el público fue testigo de un pequeño milagro: una banda que llega por primera vez y otra que, tras más de veinte años de carrera, sigue sonando tan poderosa como siempre. El resultado fue un concierto que quedará en la memoria de todos los presentes, un auténtico imperio sin sueño que reinó durante dos horas sobre las aguas de La Riviera.

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