La noche del 1 de junio volvió a escribir una página memorable en el Icónica Santalucía Fest, uno de los festivales más singulares del país, que continúa regalando experiencias irrepetibles en el majestuoso escenario de la Plaza de España de Sevilla. Esta vez, el público vibró con un tándem difícil de igualar: el humorista Juan Amodeo, con su show más personal y teatral, y el inclasificable dúo Antílopez, que convirtió su concierto en una despedida tan emotiva como brillante.
La velada arrancó a las 21:45 con ¡Cásate conmigo!, una propuesta fresca, híbrida y con mucho corazón, en la que Juan Amodeo se despoja del formato clásico del monólogo para ofrecer una mezcla de teatro, música en directo y comedia interactiva. En el centro del relato: la historia real de su relación con Claudia, su pareja, presente entre el público, y a quien dedicó cada escena con ternura, humor y verdad.
Con un ritmo ágil y gran talento narrativo, Juan fue desgranando desde los nervios del primer mensaje hasta los momentos de duda, pasando por los consejos —tan cómicos como entrañables— de Ismael Lemais e Isa Díaz. El “fantasma de la soltería”, interpretado por Antonio Álvarez “Bizcocho”, apareció en clave carnavalera para recordarle los peligros de comprometerse… aunque, como era de esperar, el amor terminó imponiéndose.

A lo largo del espectáculo no faltaron momentos musicales muy especiales, como las intervenciones de Pilar Bogado y Javi Medina, que pusieron la banda sonora al paso de Juan y Claudia hacia el “sí quiero”. También hubo espacio para el humor más descarado, de la mano de Javi Aguilera y Carlos Mení, que trataron —sin éxito— de hacer tambalear a la novia. El broche a la celebración del amor lo puso Triana Ramos, con un número vibrante y elegante, seguido del gran DJ Karpin, que convirtió la plaza en una fiesta al aire libre digna de la mejor boda sevillana.
Hubo espacio para recordar la infancia, las primeras novias, en un tramo emotivo que conectó directamente con el público. El espectáculo terminó a las 23:42 con una ovación larga y sentida. Una celebración del amor, vivida con carcajadas, emoción y complicidad.
Pero la noche aún guardaba una última joya. A las 00:15, saltaban al escenario Antílopez, vestidos con sus icónicos monos amarillos y rebosando esa energía alegre, irónica y luminosa que los caracteriza. En plena gira de despedida, el dúo de Isla Cristina, formado por Félix López y Miguel Ángel Márquez, desplegó todo su ingenio en un concierto que fue mucho más que un repaso a su repertorio: fue una clase magistral de cómo hacer humor, crítica y poesía desde la música.

Abrieron con «Tic Tac Toc» y «Una vez visto», dos de sus temas más reconocibles, y desde ahí fueron desgranando algunas de sus canciones más queridas: «Musa en paro busca poeta», «San Nosotros», o «Prefiero», donde la inteligencia lírica y el carisma escénico brillaron con fuerza. Cada verso, cada silencio y cada giro irónico demuestran por qué Antílopez es un grupo difícil de encasillar y aún más difícil de olvidar. Hacen humor sin ser bufones, hacen crítica sin moralina y hacen arte sin pretensión. Su genio reside en esa capacidad única de hacer pensar sin dejar de entretener.
En la recta final, llegaron «Suerte» y «Vuélcalo to ya», que pusieron al público en pie y cerraron una actuación sobresaliente, marcada por la emoción de quienes se despiden sabiendo que lo han dado todo.
Una noche completa, cuidada, emocionante y andaluza hasta la médula. Una muestra más de por qué el Icónica Santalucía Fest no es solo un festival, sino un lugar donde el arte cobra vida en cada rincón, en cada nota, en cada historia. Y Sevilla, una vez más, respondió con alma.