Cuando la música desafía a la tormenta y el rock psicodélico encuentra su hogar en la capital.

Foto: JuanMa (Territorio Music)

(Kenyi al habla)

Mentiría si digo que conocía a esta banda desde hace 10 años. No.
Les conocí hace muy pocos meses, de esas sugerencias de Spotify que te alegran la semana.
Es una fiel promesa decir que desde la primera canción suya que escuché, me encantó su estilo. Hay muchos grupos de rock psicodélico que incluso me cuesta entenderlos, pero con estos chicos calé muy rápido. Sus mezclas con el funk y su crudeza enganchan, os lo aseguro.

Cuando Songkick me avisó de que venían a Madrid, de verdad que me costó creerlo. ¡Si recién los acabo de conocer y son el grupo probablemente que más me ha enganchado de los últimos 2 meses! Pero sí, era real.
El que escribe estas líneas finalmente no pudo ir, ya que las lluvias del día no me permitieron salir de mi dichoso pueblo, peeeeeero ya tenía totalmente convencido a mi más fiel compañero de batallas de música en vivo para ir los 2 junto con otro amigo. Y a partir de aquí, os dejo con él, y para que calenteis motores, con uno de los videos que hizo él por y para nosotros:

(JuanMa al habla)

Aunque con un día que parecía el diluvio universal, ni la lluvia ni las carreteras cortadas pudieron frenar a los amantes de la buena música que se lanzaron a la sala Wurlitzer Ballroom, incluídos nosotros (reconociendo que costó salir de casa).
Ken, nuestro camera-,men, finalmente no pudo llegar debido al clima infernal, pero eso no nos detuvo.Yo, hice lo que pude con el móvil de un amigo para poder cubrir este repor, y me dirigí al lugar dispuesto a disfrutar de una noche de rock psicodélico y funk de los de verdad.
Nada de medias tintas, nos pasó Ken el grupo y la verdad es que en disco sonaban muy guays.

Los malagueños de Sorry Kini fueron los encargados de romper el hielo. Rock crudo y enérgico que se sentía en las entrañas. Instrumentales asentadas en una sólida base de batería y guitarra, que se fueron asentando y recuperando de los problemas de sonido iniciales.
Luego llegó el momento que todos esperábamos: Mothers Cake

Estos austriacos locos y su mezcla única de rock psicodélico y funk tomaron el escenario y de inmediato nos sumergieron en su mundo. La lluvia, el sonido que no será recordado por el mejor que hemos vivido este año… nada de eso les importó.
Se entregaron al espectáculo con una actitud divertida y desenfadada que se sentía en cada riff y cada golpe de batería.

La banda sonaba como una máquina aceitada, y lo mejor de todo es que nadie trataba de robarse el show.
Cada uno de los integrantes estuvo excepcional, desde el baterista que marcaba el ritmo con fuerza hasta el bajista que se convirtió en el metrónomo humano. Los samplers y el teclista le dieron ese toque extra que te hacía mover los pies sin parar.

Foto: Cuenta Instagram Mother’s Cake

El frontman, además de regalarnos unos cuantos sólos que te hacían olvidarte de todo lo demás, y su groove natural a la guitarra, nos conquistó con su voz, y también se las arregló para involucrar al público en el espectáculo. No había distancias en esa sala, todos éramos una gran familia disfrutando de la música juntos. Épico su crowd surfing (si, vamos, cuando se tira al público y va en volandas por encima, lo hemos buscado en google).

El concierto de este jueves lluvioso en el que sólo unos pocos locos hicimos planes de ocio fuera del hogar, vuelcve a demostrar que en ciudades como Madrid tenemos la gran suerte de poder vivir CONCIERTAZOS prácticamente cada día.

El ambiente se calentó aún más gracias a la cerveza que fluía como un río, y una sala familiar que se convirtió en un hervidero de emociones. El concierto de Mothers Cake fue una celebración, un respiro en medio del caos que vivimos a diario, y una muestra de que la música en vivo es una terapia para el alma.

Podríamos hablar de su repertorio, pero eso prometemos hacerlo a la próxima que vengan que nos sabremos todas su canciones. Esta vez fuimos de ir a dejarnos conquistar. Y vaya si nos conquistaron.

Foto: Cuenta Instagram Mother’s Cake

A pesar de los problemas técnicos iniciales, Mothers Cake no se dejó amilanar. Demostraron que la música puede superar cualquier obstáculo y que la pasión por tocar en vivo es más fuerte que cualquier tormenta. La sala Wurlitzer, desconocida para nosotros, se llenó de magia y emoción, y el público se retiró con sonrisas de oreja a oreja.

Este concierto no solo fue una noche de música, fue un recordatorio de que Madrid es una ciudad llena de lugares donde la magia de la música en vivo sigue viva y coleando. Así que ya sabes, si alguna vez te encuentras en la capital española, busca un local como la Wurlitzer Ballroom, o cualquiera de las decenas de locales que apuestan por la música en vivo no sólo los fines de semana.

Foto: Cuenta Instagram Mother’s Cake

Y así, entre guitarras retumbantes y sonrisas contagiosas, terminó una noche que nadie olvidará pronto. ¡El rock psicodélico de Mothers Cake se apoderó de Madrid y nos recordó que la música es una fuerza imparable que puede con todo, incluso con la lluvia más intensa!

PD: Gracias a Nooirax por apostar por bandas de este tremendo nivel.

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