Bonobo y los suyos giran por el mundo demostrando que la electrónica no tiene límites en la creación y la experimentación, y que un directo con instrumentos acústicos siempre es mejor.

Si la RAE introduce la palabra «superwoman» en el diccionario, saldrá su foto.
Lo de anoche en el WiZink fue una oda a la música urbana y a la música latina.
La fuerza musical y física de esta mujer sobre una tarima se sale de los estándares normales. Talento, personalidad y pasión a la altura de muy pocos.

Los valencianos, muy valencianos y con letras en valenciano, hicieron de Madrid su casa, trayendo hasta aquí a una legión de fans de todos los rincones del país, que se sumaron a los madrileños que, aunque muchos no entendemos sus letras, nos conquistan con su música igualmente.

Ayer todo lo que sucedió en el Teatro Canal fue mágico. El sonido de este lugar es mágico, y si lo acompañas de músicos de este calibre, es cómo teletransportarte a otro planeta.

Ellos, como siempre, haciendo música que está al alcance de pocos, por la finura, la elegancia y la sincronización con la que la componen y ejecutan.

La reina argentina reventó el Palacio Vistalegre en Madrid como parte de su Animal Tour.
Música urbana y rap por los cuatro costados.

La fuente musical que nos hace bailar puede ser muy variada. Desde unos cascos, hasta el móvil en la ducha, un DJ poniendo música en un garito y, por supuesto, un puñado de músicos tocando para ti. Y, dentro de la escala de valores del bailoteo, yo me quedo con esta última.

Y en el Hipódromo de la Zarzuela nos plantamos alrededor de las 17:30 de la tarde, horas depsués de que nos confirmasen el pase de prensa.
Cuando llegamos a taquilla y mientras esperábamos a ser atendidos, nos enteramos que Quevedo, el cabeza de cartel del día y artista más escuchado del mundo actualmente, no actuaría en Madrid, al igual que ocurrió la noche anterior en Bilbao.